viernes, 8 de agosto de 2008

Prohibido Entrar Bajo Ningún Concepto y Sin Excepciones




....Entonces se marcharon y Padre volvió a su despacho, donde estaba Prohibido Entrar Bajo Ningún Concepto y Sin Excepciones.
Bruno bajó despacio la escalera y vaciló un instante frente a la puerta. Estaba triste porque Padre no había subido a verlo durante la hora , más o menos que él llevaba en la casa nueva, aunque ya le habían explicado que Padre estaba muy ocupado y no había que molestarlo por tonterías como un saludo.

( El niño con el pijama de rayas. John Boyne)


Bruno es un niño de nueve años protagonista de esta tierna y entretenida novela , que recomiendo leer por sencilla, accesible y conmovedora que aporta reflexión , y una experiencia lectora difícil de olvidar.

Al menos a mi me ha hecho reflexionar ese despacho de su distante padre, que a los ojos del niño recibe el nombre de: "Prohibido Entrar Bajo Ningún Concepto y Sin Excepciones" . Ese lugar donde está prohibido el paso, donde no se puede acceder, donde ponemos límites y limitaciones al otro , en este caso al niño. Ahí donde yo no dejo que él entre, ahí donde hago uso y abuso de mi poder de adulto. Dejando al otro fuera de mi ambiente, de mi interior, incluso de mi persona olvidándome incluso de que existe. Y Sin Excepciones , donde no cabe la posibilidad de deslizarse y "ser blando" al menos una vez . !Es que estamos tan ocupados¡......¿Será esa la causa de que los adutos nos olvidemos de los niños? ....Se me ha olvidado ir a buscar al niño al cole, ... ¡ Anda si se me ha olvidado que tengo que recoger al niño en la parada! ... Se me ha olvidado dejarlo en la guardería... y tantas más, que últimamente son noticia de actualidad en nuestra prensa.


¿No será que con tanto Prohibido Entrar Bajo Ningún Concepto y Sin Excepciones todo lo que queda fuera, se nos hace invisible? ¿ No será que en nuestro ritmo frenético y acelerado, no hay tiempo para los que tiene el paso corto y pequeño, y no entran en nuestros intereses? ¿Será que por debajo de un metro ya no vemos, ni oímos, ni sentimos?

Planteémonos por un momento que esto pueda ser así .

Cuando uno de mis pequeños duendes se acerca a "revolver" en mi mesa, en ese lugar del aula de difícil acceso , automáticamente digo: ¡oiga señorita ( o caballerete) en la mesa de la "sita" está prohibido tocar ( nunca se me ha ocurrido decir Bajo Ningún Concepto y Sin Excepciones ,pero casi) .Y en ese momento sale de mi espacio , de mi territorio y de mis posesiones. Sin plantearme que ese acercamiento suyo sea una llamada de atención, o de cariño, o de querer entrar en un terreno más allá de la "selva" que es la clase, de querer explorar al otro que en este caso soy yo . Además de ser ésta, una verdadera hazaña, ,acercarse al lugar desde donde todo se controla, al lugar más arriesgado del aula, al lugar donde todo es grande y está cerca. Donde habita la regla, la norma, la goma de borrar y ese boligrafo que escribe de color rojo en los cuadernos, descubriéndo todas las debilidades humanas que se cometen en ortografía.

Puede ser que ese acercarse a mirar, sea una incipiente vocación a periodista, de reportera de prensa rosa o lo que va a ser una vida dedicada a la investigación. ¡Quién sabe! Es un riesgo que hay que asumir. Y yo, por si acaso, asumo el riesgo de quitar el cartel de Prohibido, no vaya a ser que alguno de mis pequeños duendes se me "olvide" colgado de la mesa o debajo de ella y llegue a verme sola en un aula vacía y fria sin más compañia que lo que habita encima de esa mesa, de ese lugar donde está Prohibido Acercarse y Tocar.