domingo, 5 de julio de 2009

A mis duendes del 98


""Educar es lo mismo
que poner un motor o una barca ...;
hay que medir, pensar, equilibrar ...;
y poner todo en marcha.

Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras

hacia puertos distantes, hacia islas "

( Educar. Gabriel Celaya)

Precioso poema que muestra lo que un maestro vive mientras educa a sus alumnos. Educar es un acto de valor y optimismo, porque se basa en la convicción de que es posible y necesario hacernos mejores, llegar a ser integra y plenamente humanos.
Cada vez que un grupo de "pequeños duendes" termina el Ciclo de Educación Infantil y se va del centro hacia otros puertos, lleva consigo además de todo lo aprendido, parte del corazón de la maestra.
- Volveremos, a verte - dicen todos.
Algunos lo hacen, otros enrolados en el ritmo de vida estudiantil, no les queda tiempo para el recuerdo. Y la maestra queda con la nostalgia de los momentos vividos, con el buen sabor de los recuerdos y la esperanza de que (como dice la canción) algo tuyo llevarán.
Yo he tenido en estos días, el mejor regalo que un maestro puede tener, ver el fruto de las semillas y en ello el reconocimiento del trabajo. Mis alumnos que terminaron en al año 98 sus estudios de Educación Infantil ,se juntaron y me invitaron a una comida sorpresa. No os podéis imaginar lo que eso fue para mi. Once años después, verlos a punto de entrar en la Universidad, recordando los tiempos de la infancia. Me sentí tan emocionada y sorprendida que me parecía un sueño. Eran ellos. Al principio los veía tan distintos. Enseguida reconocí los rasgos de todos, los ojillos traviesos, asombrados, la sonrisa inocente ....cada uno me traía al recuerdo algo especial.
Fue uno de los días más maravillosos de mi vida, ha sido una inyección de ilusión, de ánimo y de esperanza en la tan solitaria y estéril, a veces, vida del maestro.
Gracias mis "pequeños duendes del 98", habéis sido los primeros que habéis vuelto. Gracias por reconocer mi labor y seguir recordándome,me hacéis sentirme dichosa y válida.Ello me anima con mi trabajo. Gracias a vuestros padres, que os han acompañado en este día y que yo se que han intentado que el recuerdo de vuestra primera "profe" estuviese vivo en vuestro corazón.Ellos son vuestros primeros educadores.
Gracias por ser compañeros, por buscaros, por quereros.Ahora tenéis por delante un reto, habéis vuelto a encontraros y tenéis un motivo para seguir juntos: formáis un buen equipo.
Yo también tengo un gran reto con vosotros , que habéis vuelto a tocar mi corazón , seguiremos en contacto. Y otro con mis "pequeños duendes", ahora con la certeza de que esos barcos llevan la carga de nuestras palabras.
Estáis en mi corazón "pequeños duendes del 98".Os quiero.