lunes, 2 de enero de 2012

25 años entre polluelos


" Los niños nacen con alas,
los maestros les ayudan a volar"

Una persona a la que quiero mucho, me regaló un pequeño cuadro con esta frase. -"Toma - me dijo- cuando la vi me acordé de ti, para que la pongas en tu clase". Me alagó el cumplido y me emocionó tiernamente la frase.

Desconozco el autor, pero posiblemente haya sido alguien con la experiencia de haber tenido un buen maestro.

Pensé, como no, en mis pequeños duendes. Y en la labor que hacemos todos los maestros y maestras, sobre todo de educación infantil. Los que cogemos "los polluelos" cuando apenas tienen alas, cuando son sólo "plumillas" y poco a poco en el transcurso de unos pocos años vemos como van preparándose sus alas y haciéndose cada vez más fuertes para algún día poder volar.

Este curso hace 25 años que estoy trabajando en la Escuela Infantil Sagrada Familia de Corvera. 25 años entre polluelos, cascarones y plumas, 25 hermosos años de mi vida que no cambiaría por nada. En ellos he conocido muchas personas, han pasado por mi muchos niños y he descubierto y disfrutado tantas experiencias con ellos que forman parte de lo que soy hoy en día.

Digamos que me han modelado.

Hace poco un niño de 3 años le preguntaba a su maestra:

- Belén ¿las profes existían cuando los dinosaurios?....

La anécdota nos dio para reírnos un buen rato.

-Pero que cosas tienen estos niños - decíamos

Pero la pregunta tiene su "miga" si lo paráis a pensar.

Y bromeábamos diciendo que los años ya se nos notan. Y al volver la vista atrás es cuando nos damos cuenta de todo lo que ha pasado por nuestras manos. Las generaciones de niños que hemos tenido en nuestras aulas. Y, como no, la eterna pregunta: ¿habrá quedado algo? Siempre es consolador, como dice Gabriel Celaya en su poema Educar, saber que " cuando un día esté durmiendo nuestra barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada".

Y yo os puedo decir que aunque hoy fuese el último día del resto de mi vida haciendo balance de estos 25 años digo con orgullo y satisfacción que los he vivido con plenitud, no sólo a nivel profesional, sino también humano y vocacional, convencida hoy por hoy de que trabajo en lo que me gusta y además disfruto con mi trabajo.

Espero seguir ayudando a volar a muchos más "duendecillos" y que ellos sigan dándome la fuerza, la energía y la alegría que me han dado en estos 25 años.