"Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía , sino hacer de él alguien que no existía"
(John Ruskin)
Me encantó la frase cuando la leí, la descubrí leyendo frases en un magazine. Me hizo pensar - ya sabéis - en "mis pequeños duendes". Sentí el vértigo de la responsabilidad . Y a la vez el reto de poder conseguirlo. ¿Por qué no puede ser posible?.Recordé entonces mi infancia. Y con ello aquellas personas, aquellos educadores que han hecho de mí "una existencia" de vida. A ellas quiero dedicar como homenaje en "Memoria agradecida" este sencillo texto que intenta ser reflejo de lo que existe en mi corazón.
Hace unos días tuve el honor de ser invitada a la celebración del 50 aniversario del Colegio Paula Frassinetti -congregación de las Hermanas Doroteas-, del que yo soy antigua alumna ( !...y de las antiguas, comencé en el año 67...!) .
Desde el día que Dora, la directora, me lo comunicó estuve esperando el acontecimiento con ilusión y emoción. Sería una manera de volver a vivir aquellos momentos de mi infancia y adolescencia. Llegado el día, puedo deciros que asistí llena de alegría. Iba dispuesta a empaparme de todo y disfrutar de cada detalle y cada minuto. Comenzó la celebración con la Eucaristía. El sólo hecho de ver a todo el colegio allí, participando y celebrando con sencillez, humildad y alegría , me llenó de gozo. Pasaron ante mí muchos recuerdos . Recuerdos de mis compañeras, que algunas no las he vuelto a ver, pero no las he olvidado , aún están en mi corazón. El recuerdo de aquella profe que me hizo amar la lectura y aún vivo "enganchada" a los libros. Los pasillos brillantes, el olor en el laboratorio de ciencias, el uniforme con el cuello duro, luego la falda de cuadros ....como había cambiado todo y a la vez nada. Se respiraba el mismo ambiente.Fue como un sueño real y ahora más consciente. Pude ver la sencillez del trabajo realizado - IN SIMPLICITATE LABORO- ése es el lema que está grabado en el escudo. Y se vio reflejado en el acto. Una eucaristía, sencilla , elaborada, participativa y organizada. Me sentí como en casa , ese sentimiento de estar a gusto, acogida, de pertenecer a una familia.
Por ello no puedo menos que sentirme agradecida y expresar mi gratitud a mis primeras y únicas educadoras, que consiguieron hacer de mi "alguien que no existía". Gracias por la entrega y el cariño que habéis depositado en mí. Gracias por ayudarme a ser mejor persona , mejor mujer y mejor creyente. Gracias por seguir trabajando con sencillez y darnos la oportunidad de poder celebrar con vosotras estos cincuenta años educando,sembrando el mundo de mujeres y hombres que son alguien. A mi me habéis recordado el reto que tengo como educadora ante "mis pequeños duendes". Podemos celebrar con orgullo que el estilo educativo de nuestra "Santa Paula" aún sigue teniendo sentido y es actual, aún sigue educando para ser ALGUIEN.
GRACIAS POR VUESTRA LABOR.
1 comentario:
Yo cómo tu,tambien fuí educada por Religiosas,en mi caso eran Dominicas.Despues de tantos años,cada dia recuerdo algo de la semilla que en mi fueron dejando.Nunca agradecere bastante a aquellas mujeres abnegadas y pacientes que junto con mis padres hicieron de mi una "persona".
De bien nacidos es ser agradecidos.Un abrazo.Rosamary.
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