Hace 2 años
sábado, 31 de octubre de 2009
Nuestras aulas
"Al ver llegar a Laila, los niños salen disparados hacia ella a todo correr , y se arremolinan a su alrededor. Quieren saludarla todos a la vez con sus agudas voces y le dan palmadas, le tironean de la ropa , se aferran a ella y se empujan unos a otros en su afán por encaramarse a sus brazos . Elevan sus manitas tratando de llamar su atención. Algunos la llaman "madre".
(Mil soles espléndidos. Khaled Hosseini)
Os animo a que leáis este libro,es una conmovedora historia. Al igual que "Cometas en el cielo" está basado en la amistad. Esta vez, entre dos mujeres afganas de orígenes muy dispares, y de los acontecimientos sufridos en Afganistán en los últimos treinta años. Pero lo realmente impactante es la fuerza y el valor que las dos mujeres van forjando a raíz de las experiencias que viven, que les llevará a superar el miedo y dar cabida a la esperanza.
Cuando leí este fragmento, me hizo ponerme en contacto con el recuerdo de mis propias experiencias en el aula. Esa sensación al llegar y sentir que te han echado de menos,que eres necesaria para ellos, que necesitan que les mires,les atiendas uno por uno individual y personalmente. Queriendo decirte :-yo soy importante y necesario para ti-.Te tocan como el que toca algo sagrado, válido, aquello que les da confianza, seguridad, cariño, por eso a alguno se le escapa la palabra "madre".
Y me pregunto qué habrá cambiado.Qué se nos ha escapado. Ahora cada lunes es un " cómo le cuesta venir al cole". Ahora tenemos que oír eso de: - no quiere venir , no quiere trabajar, no quiere madrugar, le pasa algo en la clase...-
Ahora también nos tiran de la ropa, pero para decirnos:- átame el zapato, dame agua, no me gusta esto o lo otro, quiero ir con mi mamá, dice mi papá que si estoy cansada que no lo haga,...-
Y nos ponen sus manitas delante de la cara, reclamando nuestra atención: -Eh, que no te enteras ¡empanada! te estoy llamando, que me des agua- Y si no atiendes sus necesidades inmediatamente, prepárate para la traca.
Y le echaremos la culpa a la edad,a la rutina o al tiempo ¡ a saber! , pero desde luego, ya podemos armarnos de fuerza para poder llevar los cambios con serenidad y saber encajar bien las curvas ,y sobretodo valentía para aguantar las convulsiones que sufren nuestra aulas. La autoridad va más allá de un simple tú o un usted y el respeto muy ligado a la humildad.
La necesidad marca en muchas ocasiones el valor de las cosas. Me pregunto qué les faltará hoy a mis Pequeños Duendes, basta con un pedir de boca y todo a sus pies. Van sobrados hasta en desparpajo. Deseo de todo corazón que los mil soles espléndidos que brillan tras sus muros
sigan brillando para que no se olviden de los tesoros que hay en su interior.
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1 comentario:
Marisa, me parece muy interesante la entrada,jaja, como han cambiado los peques, yo ya me lei el libro de Cometas en el cielo y en cuanto tenga tiempo leeré este, muchas gracias por la recomendación,
un saludo
Andrea
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