domingo, 28 de diciembre de 2008

El Otro Rey


Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

( Mateo 2, 1-2 y 2,11)

En estos días previos a la Navidad en los que hemos estado muy ocupados con muchas actividades, preparando las actuaciones de la fiesta de Navidad, talleres de adornos navideños y la visita al ya tradicional Belén de Berta Martín (uno de los mejores del mundo mundial), contaba yo la historia de los Magos a mis "pequeños duendes", por aquello de documentar lo más posible la visita y los acontecimientos que en estos días iban a vivir en su entorno. Y con la historia de los Magos, surgen los interrogantes: ¿De quién es ese castillo?, ¿y quién es ese Herodes?, ¿qué le llevó al niño?, ¿pero no son tres los Reyes Magos? Es cuando toca contar la historia de Herodes y los inocentes.

Al final del relato, contado a modo de cuento de esos que dejan sentir la emoción en los ojos y en algunos también el miedo y la preocupación, surge la pregunta:
-Profe, ¿Herodes ya murió?
-Si, hace mucho tiempo - veo que asoma cierto sentimiento de temor en la pregunta-. Tú tranquila, ya murió.
Pero los niños, siempre sorprendentes y ansiosos de saber... Vuelven a preguntar.
-¿Y tiene parientes?
La sonrisa se me escapa y me siento emocionada, sorprendida e impresionada. ¡Es increible!, ¡qué cosas se les ocurren!
No desperdicio la ocasión, y les digo:
- Pues no lo sé, no creo, pero vosotros sed prudentes, no vayáis con desconocidos, en estos días de jaleo en las calles y centros comerciales no os soltéis de la mano de papá o mamá.

Me vienen entonces a la cabeza todas esas noticias que leemos a diario en la prensa y vemos en la TV de "los herodes" de nuestro mundo. Pues claro que tiene parientes -pienso- y si no ¿cómo podemos llamar a los que hacen daño a seres inocentes, menores y desprotegidos? Algunos no tienen la ocasión de poder crecer y otros no se les concede el privilegio ni siquiera de nacer.
La pregunta me hizo reflexionar, es posible que "mis pequeños duendes" sean tan intuitivos y perciban el peligro, el riesgo y esa figura de Herodes les haga percibir que hay algo al acecho de lo que tenemos que protegerlos. Quizás es una llamada de atención, una alerta. Por eso yo deseo
que el brillo de las luces de la Navidad no nos empañen la risa de los niños y el verdadero regalo que son para nuestro MUNDO. Ellos necesitan nuestra protección y nuestro cariño, son el don más valioso que tenemos y además nuestra esperanza de futuro. FELIZ NAVIDAD.





sábado, 6 de diciembre de 2008

Derechos del niño.


"Los hijos no necesitan padres impresionantes, sino seres humanos que hablen su lenguaje y sean capaces de penetrar en su corazón.
Educar es sembrar sabiduría y cosechar con paciencia. Educar es ser un buscador de pepitas de oro que va tras los tesoros del corazón."
(Augusto Cury)


Hablando de derechos del niño, que bueno sería que hiciésemos una reflexión sobre este pequeño texto de Augusto Cury que viene recogido en su libro "Padres brillantes, maestros fascinantes". ¿Acaso no os seduce la idea?... Maestros fascinantes... Otro reto para los que nos dedicamos a "buscar pepitas de oro". Además del título que invita a renovarse, el libro nos propone siete hábitos que podríamos incluir tranquilamente en la declaración de los derechos de los niños, que son:
1. Los buenos padres dan regalos, los padres brillantes ofrecen su propio ser.
2. Los buenos padres nutren el cuerpo, los padres brillantes nutren la personalidad.
3. Los buenos padres corrigen errores, los padres brillantes enseñan a pensar.
4. Los buenos padres preparan a sus hijos para los aplausos, los padres brillantes preparan a los hijos para los fracasos.
5. Los buenos padres conversan, los padres brillantes dialogan como amigos.
6. Los buenos padres dan información, los padres brillantes cuentan historias.
7. Los buenos padres dan oportunidades, los padres brillantes nunca desisten.
Cuando leo esto y pienso en "mis pequeños duendes" se me vienen a la cabeza esas pequeñas anécdotas que te cuentan a la vuelta del fin de semana:
- Profe, ¿sabes dónde fui?, al burguer a comer una hamburguesa y a la piscina de bolas.
- y, ¿ qué tal te lo pasaste?
- Bien, pero perdí los zapatos y un niño me ponía el pie en la cabeza al subir al tobogán y otro me agarró por los pantalones y me metió un dedo en el ojo, y...
- ¿volverás?
- sí, por que como llueve y no puedo ir al parque.
El fin de semana, tiempo de descanso, tiempo para estar juntos, tiempo para la familia, tiempo para conversar, ir al cine, jugar, relajar y distender, educar y aprovechar para descubrir y descubrirnos, tiempo para sembrar y cosechar. Me pregunto si en ese tiempo esas "pepitas de oro" no se llenarán de barro, de fango, de musgo y de moho y queden ahí como pequeñas piedras bajo la tierra, en el fondo sin ser descubiertas entre tantas bolas de colores y tanta TV. Os invito a la reflexión, es tarea de todos el encontrar los tesoros del corazón de los niños. Eso si que es un derecho. Yo quisiera ser una de esas "maestras fascinantes" y es un reto para mi día a día descubrir esos tesoros en mi aula, desempolvarlos y ayudarlos a brillar. Los niños son nuestro tesoro, y lo esencial no está a la vista bien lo recoge el libro de "El principito" -el tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea importante